Enc. N° 2 (V)
ENCUENTRO 2 -
VIRTUAL
LOS TRABAJOS DE FERIA
Un trabajo de feria ciencias debería pensarse
como el resultado de una serie de actividades escolares que llevan adelante todos
los alumnos y alumnas de una sala de Jardín de Infantes, un grado o plurigrado
de la Escuela Primaria, el aula/taller de un instituto de arte o un colegio
técnico, un curso de la Escuela Secundaria o bien por los estudiantes de una
materia específica de un Instituto de Formación Docente y/o de una Tecnicatura.
En un proyecto de feria de ciencias (o durante el
desarrollo de un proyecto áulico que el docente descubre apto para una feria de
ciencias) se espera que el docente y su clase identifiquen un tema que envuelva
sus intereses e interrogantes por igual y en el cual se propongan las múltiples
miradas que permite esa clase. Esa idea es relevante para que el trabajo
pensado para las ferias sea desarrollado por todos los estudiantes, ya sea
colectivamente o bien en un agregado de grupos y subgrupos con diferentes roles
y compromisos hacia la tarea.
La premisa del trabajo de toda la
clase es relevante para nuestras ferias de ciencias. Buscamos que todos los
estudiantes construyan el proyecto y lo lleven adelante con la mirada atenta
del docente orientador, quien
buscará resaltar los diferentes matices que cada estudiante entregará a su
labor potenciando sus capacidades y habilidades de modo de lograr aprendizajes
homogéneos en todos y, como subproducto de esa tarea, un trabajo de feria de
ciencias de alta significatividad educativa.
Como las actividades cotidianas de la escuela,
las feriales conllevan una planificación previa y para su implementación es
imprescindible la orientación del docente; de hecho, él y su clase configuran
el equipo autor del
trabajo de ferias.
Llegados a este punto vale reiterar
con especial énfasis que los trabajos de ferias de ciencias no son
actividades extracurriculares,
por el contrario se enfocan en un área curricular determinada y sobre ella se
apoyan múltiples saberes de otras áreas que enriquecen la trayectoria de aprendizaje de los
estudiantes.
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A medida que avanza un proyecto el
docente puede observar que sus resultados parciales o el final no alcanzan para
ser exhibidos en una feria de ciencia por múltiples motivos: el planteo derivó
en otros temas que no todos pudieron abarcar convenientemente o bien no se
logró cumplimentarlos en tiempo y forma, se abrió la posibilidad de tratar
otros problemas relevantes para los estudiantes o para la escuela y se
diversificó el planteo original sin que se llegase a conclusiones definitivas
(o es preciso más tiempo para alcanzarlas), el grupo de trabajo no se amalgamó
como se esperaba o perdió el interés inicial, la institución decidió priorizar
otro tipo de emprendimientos con sus estudiantes y docentes, etc. Así, sólo
algunos proyectos adquieren el carisma
educativo que los hace viables para una feria de ciencias sin que ello
signifique en absoluto que esos otros trabajos sean menos importantes en
términos pedagógicos o generen aprendizajes pobres.
Análogamente, de ningún modo los trabajos de
ferias de ciencias son producciones extraordinarias (¡ni deberían convertirse
en ello!); tampoco se espera tal rasgo. Al respecto, es útil pensar las ferias
como una escuela abierta donde
sus diversos actores simplemente suman una actividad comunicacional a su tarea
cotidiana de enseñar y aprender.
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La destreza de un docente de
cualquier Nivel Educativo para
elaborar con sus estudiantes un trabajo de feria de ciencias se vincula con
sus propias estrategias didácticas (por supuesto articuladas por los rasgos
propios de su Modalidad Educativa),
con su creatividad y la de su clase, y con los objetivos pedagógicos de la
institución donde se gesta ese trabajo.
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Las preguntas/problemas en trabajos de una feria de
ciencias
En las aulas descriptas por una parte de la
literatura pedagógica es habitual encontrar que el que enseña es quien debe
plantear preguntas mientras que el que aprende es el que debe responderlas. En
ese contexto las preguntas formuladas por los alumnos solo tienen la función
de pedir aclaraciones y no
tanto la de dirigir su
proceso de aprendizaje. Sabemos que muchas corrientes de la pedagogía moderna
han reposicionado las preguntas de los estudiantes en el aula, algo que
potenció la construcción de aprendizajes significativos.
Análogamente, muchos docentes se inician o
consolidan su tarea didáctica a partir de los interrogantes de sus alumnos
surgidos para llevar adelante un proyecto de feria de ciencias, lo que reitera
y resalta esa virtud de la estrategia ferial.
En parte, esto se produce porque las actividades de ferias promueven
situaciones facilitadoras para que los alumnos formulen preguntas dirigidas a
la descripción de un fenómeno o situación, la explicación causal, la
comprobación, la generalización, la predicción y la evaluación del proceso o
fenómeno.
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Al respecto, vale pensar en el
concepto de “preguntas
investigables”, tal como lo plantea Neus Sanmartí (2012)1 cuando afirma que “una pregunta puede descomponerse en
distintas partes: una que recoge la información o el saber que se presupone y
otra pregunta orientada a la información que se quiere conocer. La
información que se presupone forma parte del conocimiento construido, mientras
que la que se quiere averiguar supuestamente será la nueva y la que podrá
conducir a modificar el conocimiento de partida.”
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Desde otra perspectiva este enfoque
resulta de gran utilidad para el diseño de proyectos de feria de ciencias ya
que puede considerarse como el primer nivel de concreción de una estrategia
basada en la resolución de problemas.
Fuente:
Adaptación de documento elaborado por la Comisión Nacional de Feria de CienciasMATERIAL:
ANEXO 2
ANEXO 3
ACTIVIDADES:
Actividades 1 y 2 enviarlas por e-mail a sergioaguirre01@gmail.com
ACTIVIDAD 1
ACTIVIDAD 2
ACTIVIDAD 3
ACTIVIDAD 4
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